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12.09.2019
OMA Art Gallery, Santiago, Chile
1 de agosto de 2019
No habitamos un solo mundo, vivimos simultánea y sucesivamente múltiples dimensiones y coexistimos con todo tipo de entidades; humanas, no-humanas, vivas y no-vivas. Convivimos con y como fantasmas, espectros, zombis, seres no-muertos y otras entidades ambiguas, en una región media, espesa y difusa.
Todo tipo de seres nos atraviesan constantemente, sus límites y los nuestros se desdibujan en una viscosidad sin distancia. Invisibles a nuestros ojos, los espectros dominan este espacio. Espectro podría significar aparición, pero también podría ser un objeto horripilante o una ilusión. Eidolon, periespíritu, fantasma, ánima, visión, semejanza, etcétera; el espectro trata de una metafísica situada como una forma del aparecer, irreductible a la definición, vacila entre la apariencia y el ser, es imagen, proyección o sombra de una cosa. En este sentido, proteico y multiforme por naturaleza, el espectro es la condición misma de todo aparecer en imagen y, por ello mismo, puede adoptar cualquier apariencia.
Espectros me invaden así como el polvo de mármol pulido al inhalarlo, no hay tamiz que pueda contenerlos, todo ello está en mí y estarán hasta después de mí; como ruina, como huella, como espíritu errante, como apariencia, como posibilidad.
—Texto por Renato Órdenes San Martín
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